ars moriendi I

contrametáforas
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 

Cuando   el metal de septentrión   ansioso
adula la deriva y se resiente
del   coetáneo ardor, fuga consciente
de que es dual y coincide en el reposo;


cuando   el haz ya estéril se apacigua
y el párpado final la sucesiva
cromosfera   en mayor plana cautiva
que del túnel gemelo banda exigua;

cuando   no acude espectro eficiente
al conjuro de ser insistïendo,
se demora allá, aquí se va yendo
y ocupa un yermo más y más la mente,

ya inmóvil planicie la corriente,

cunde   en la carne la estrella adyacente,
todo en torno se hunde, y desde dentro
salpican sonajillas y colores,
banalizando términos mayores
con la nïeve de íntimos candores
el licor de otro límite en el centro.

 

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